lunes, 23 de marzo de 2009

ASTILLERO DE ONDARTXO PASAIA



El Astillero de Ondartxo está abandonado. Se encuentra en el pueblo de Pasaia San Pedro, en Donosti, y es un sitio mágico. Mi intención es la de presentar un proyecto para utilizar este espacio, como espacio cultural y artístico, en el que realizar talleres y exposiciones....se admiten sugerencias




UN POCO DE INFORMACIÓN SOBRE LA SITUACIÓN DEL ASTILLERO

La draga Jaizkibel, se construyó en 1933 en los astilleros Euskalduna de Bilbao para acometer los trabajos de dragado en el Puerto de Pasaia. Se trata de una draga modelo rosario de 60 m de eslora y es actualmente, uno de los pocos testimonios de patrimonio marítimo portuario que han sobrevivido al desguace.

Fue en julio de 1991 cuando la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública formuló la pertinente petición ante el departamento de Cultura del Gobierno Vasco para que se procediera a la declaración de la draga Jaizkibel como bien de interés cultural evitando su desguace.

El viceconsejero de Cultura, a la vista del carácter «singular» del bien al que se refería la solicitud, así como de su antigüedad y valor técnico, resolvió incoar en la misma fecha expediente para la calificación de la draga Jaizkibel como BIEN CULTURAL, CON LA CATEGORIA DE MONUMENTO, con arreglo a la Ley de Patrimonio Cultural Vasco.

El Consejo Asesor de Patrimonio Monumental de Euskadi informó favorablemente tanto la calificación instada, como el régimen de protección. Fue así como se calificó la draga Jaizkibel como bien cultural, con la categoría de monumento. Se procedió, además, a la descripción formal del mencionado bien. Según explicaba, se trata de una «embarcación draga tipo 'rosario' cuyas cucharas o canjilones tienen una capacidad de 500 litros».

En cuanto a la aprobación de su régimen de protección, se decía que «la draga Jaizkibel podrá ser sometida a intervenciones de restauración y rehabilitación, así como a su posterior reutilización para actividades incluso distintas a la suya propia, siempre que respeten los elementos o partes de la draga consideradas básicos y fundamentales, y que la eliminación o manipulación de otros elementos distintos a estos últimos no desvirtúen el carácter monumental de la draga».

En 1992 fue declarada Bien de Interés Cultural con categoría de monumento por la Junta de Patrimonio del Gobierno Vasco.

Actualmente se encuentra en la grada de los Astilleros de Ondartxo (Pasaia) en estado de abandono.









viernes, 27 de julio de 2007

Tamadaba
Parque Natural, paradigma de paisaje

Águedo Marrero
Biólogo del Jardín Botánico Canario "Viera y ClavijoFotos: Águedo Marrero - Sergio Socorro - Rincones


Aquella era la primera vez que visitaba Tamadaba, formando parte de la última promoción de Magisterio que requería de la formación en campamento para la enseñanza oficial. Esto debía ocurrir por el año 1976. Después de que el meritorio de turno arriara la bandera y se diera el toque de silencio, el campamento se sumía bajo las tiendas. Pero uno de los días al llegar la media noche, como habíamos convenido, el grupo estaba de nuevo reunido. Sigilosamente fuimos llegando bajo el pino señalado, al noroeste del Altar. Luego nos encaminamos hacia el borde de los riscos, que en potentes acantilados se precipitaban desde los mil metros hasta el mar. En un solapón, justo debajo de la cornisa que miraba hacia Guayedra y Las Nieves, nos acomodamos. Llevábamos con nosotros alguna guitarra y sobre todo inquietudes, e inevitablemente hablamos y discutimos sobre temas entonces subversivos. Y pudimos compartir el bullicioso silencio de los precipicios y el del pinar, envuelto todo por el silencio inmenso pero cercano del mar. He de reconocer que aquella brisa fugaz de la niebla en la madrugada, el silbido tenue del aire entre las acículas de los pinos y el penetrante olor a trementina de aquel mes de julio, habrían de dejar impregnada para siempre mi memoria.

Tamadaba en su acepción mas genuina comprende los pinares del macizo homónimo: los de la meseta en el Llano de la Mimbre y los del pico de Tamadaba, los de Sansó y estribaciones del barranco de la Hoya, y los que desde la casa de Tirma bordean las laderas hasta Faneque, por las estribaciones del barranco de la Hoya del Laurel, del Pino Gacho, del Palmar y del Majorro. Además, asociados a Tamadaba estaban las posibles excursiones o rutas a Altavista, Tirma, Faneque, Las Presas o San Pedro y el Valle. Hoy Tamadaba da nombre a uno de los Parques Naturales de Gran Canaria y abarca no sólo la parte más alta y tradicional sino también todo el abanico de laderas, barrancos y acantilados costeros que se precipitan al mar, desde el Valle de Agaete hasta el barranco de El Perchel en San Nicolás de Tolentino.

Geológicamente viene conformado por los macizos de Altavista-Tirma y de Tamadaba, que constituyen una muestra espectacular, erosionada y aflorante del más primitivo edificio del Mioceno Medio de Gran de Gran Canaria. Estos macizos quedan excavados por los valles de Guayedra-La Palma, y del Risco-Tirma, y cortados en potentes acantilados en El Valle, Guayedra, Faneque, Andén Verde y Punta de la Aldea. Precisamente estos acantilados presentan una espectacular exposición de las formaciones basálticas más antiguas del basamento insular y en las cotas medias y más elevadas imponen su sello geológico la formación traqui-riolítica especialmente del dominio Intracaldera. Entre ambas formaciones aparecen los afloramientos de alteración hidrotermal, los cuales establecen una clara discordancia entre las mismas y marcan el borde de dicha caldera: la vieja Caldera de Tejeda. Tales afloramientos, conocidos popularmente como azulejos, se manifiestan en los más diversos colores, desde los blancos, amarillos, ocres, rojizos o lilas, hasta azules, grises o verdes. Destacando además por su interés geológico la playa levantada y fósil de Punta de las Arenas.

Diversidad vegetal

En este espacio natural que va desde el litoral hasta los 1.400 m de cota se desarrollan de forma generosa los distintos tipos de vegetación que caracterizan este borde del noroeste insular. Entre estas comunidades conviene destacar:

- Las comunidades xérico-halófilas del tabaibal de toldas (Euphorbia aphylla) donde destacan importantes endemismos locales. Estas comunidades se desarrollan en riscos y laderas con influencia del aerosol marino y que en zonas como la de Andén Verde se hace notar por encima de los 600 metros de cota.

- Comunidades xéricas del tabaibal cardonal que cubren laderas más suaves o se intercalan entre las anteriores en las vertientes menos expuestas al aerosol.

- Los matorrales del termoesclerófilo, representados en los valles coluviales, en las cotas bajas, por los bosquetes abiertos de almacigales y palmerales, pero mucho más ricos en especies en los andenes y ancones de las zonas altas, donde se desarrollan los jarales (Cistus monspeliensis) o retamares (Teline rosmarinifolia). Sin descartar la posible presencia de sabinar o de dragos comunes, como parece atestiguar la monumental sabina del Cortijo de Tirma, o la vieja referencia de dragos en Guayedra.

- Las comunidades rupícolas se desarrollan en plenitud en la mayor parte del Parque Natural, desde las más simples, formadas casi en exclusiva por Camptoloma canariense, en los acantilados costeros, hasta las abigarradas comunidades de los cantiles elevados del valle de Guayedra y del barranco Oscuro, que albergan una de las mayores concentraciones de diversidad vegetal de Canarias, con la presencia del género endémico y exclusivo de la zona, Sventenia.

- Pinares húmedos, como en todo el macizo de Tamadaba, especialmente en las vertientes del norte o mesetas con influencia de los vientos alisios, o en las faldas altas de Tirma y Altavista, en cuyo sotobosque se desarrollan matorrales frondosos con olivillos (Phillyrea angustifolia), brezos (Erica arborea) o acebiños (Ilex canariensis), además de escobonales, codesales, hogarzales o jarales, y donde destaca el tomillón (Micromeria pineolens).

- Pinares secos, en sus formas de pinar de sur, como en las vertientes que caen sobre la cuenca de El Risco, hacia Tirma.

Todas estas comunidades vegetales, especialmente las boscosas y de matorral, desempeñan un importante papel en la captación de agua por condensación y en la protección de suelos, conformando importantes ecosistemas y biocenosis terrestres.

El Parque Natural de Tamadaba sobresale por la extraordinaria diversidad biológica que contiene, sobre todo vegetal, con varios géneros endémicos como, Dendriopoterium, Babckockia, Chrysoprenanthes o Sventenia, además de representantes de otros géneros endémicos canarios o macaronésicos como Aichryson, Allagoppapus Argyranthemum, Bencomia, Bystropogon, Cedronella, Gesnouinia, Greenovia, Heberdenia, Isoplexis, Monanthes, Neochamaelea, Parolinia, Pericallis, Phyllis, Picconia, Plocama, Schizogyne, Todaroa o Visnea.

Estos endemismos se encuentran repartidos por todo el Parque, pero merece destacar, los acantilados de Andén Verde y de las Arenas, con especies como la magarza chica (Argyranthemum frutescens subsp. pumilum), la siempreviva (Limonium benmageci), el corazoncillo de Andén Verde (Lotus callis-viridis), la mostaza de Guayedra (Descurainia artemisioides), la magarza de Lid (Argyranthemum lidii), etc., o los notables riscos altos que se prolongan por todo el borde del pinar: barranco Oscuro, del Palo, Guayedra y La Palma hasta Faneque. En estos paredones y acantilados crecen el cerrajón de Sventenius (Sventenia bupleuroides), la magarza de Guayedra (Tanacetum oshanahanii) la gildana de Faneque (Teline rosmarinifolia subsp. eurifolia), la colderisco de Tamadaba (Crambe tamadabensis), el algaficón de Tamadaba (Dendriopoterium menendezii), la crestagallo de pinar (Isoplexis isabelliana), o la lenguapájaro de Tamadaba (Globularia ascanii).

Este borde acantilado que recibe con cierta intensidad los alisios húmedos y que en andenes y laderas manifiesta una mezcla de elementos termoesclerófilos y del pinar, marca igualmente el borde noroccidental de las formaciones lauroides, con especies tan significativas como heberdenias, mocanes, madroños o marmulanes, además de laureles, acebiños o follaos.

Con más de medio centenar de taxones vegetales amenazados, Tamadaba presenta unos diecisiete taxones vulnerables y otros nueve en peligro de extinción: Globularia ascanii, Limonium benmageci, Tanacetum oshanahanii, Teline rosmarinifolia subsp. eurifolia, Argyranthemum lidii, Crambe tamadabensis, Isoplexis isabeliana, Lotus callis-viridis y Sideroxylon marmulano, siendo los cuatro primeros exclusivos del área.

En conjunto presenta 6 endemismos exclusivos del Parque, 33 endemismos de Gran Canaria y 64 endemismos del Archipiélago canario, con un 20 % de la flora endémica del Archipiélago y cerca del 25 % de la flora endémica de Gran Canaria. Y aún cabría añadir la riqueza en plantas criptógamas, musgos, hepáticas y líquenes, tanto epifitos como de recubrimiento de suelo y rocas, y los hongos, donde por ejemplo para el entorno del pinar se han citado más de150 taxones, incluyendo la seta descrita para la zona, Cystoderma terrei var. nogalesii.

Diversidad animal

La fauna es igualmente notable, destacando especialmente las aves y los reptiles. Entre las aves sobresalen dos joyas de la avifauna canaria como es la presencia del pico picapinos grancanario (Dendrocopos major thanneri) y del pinzón azul de Gran Canaria (Fringilla teydea polatzeki), pero en realidad Tamadaba acoge a la mayoría de las aves presentes en esta Isla. No resulta difícil observar por encima de los pinos o más allá de los cantiles alguna pareja de aguilillas (Buteo buteo insularum), tranquilas o molestadas por cernícalos (Falco tinnunculus canariensis), y con algo de suerte y atención podremos reparar en los chasquidos metálicos de alguna pareja de halcón peregrino (Falco peregrinus) o en el vuelo rápido y sagaz del gavilán (Accipiter nisus). Y entre las ramas de los pinos o, más abajo en el matorral xérico, los más diversos pájaros: fraileras (Parus caeruleus), pechugas (Erithacus rubecula superbus) u horneros (Phylloscopus canariensis), capirotes (Sylvia spp.) o alcaudones (Lanius meridionalis), en las charcas y manantiales las alpispas (Mostacilla cinerea canariensis), indeciso en los claros el bisbita caminero (Anthus berthelotii) o en bandadas los canarios (Sirenus canarius), y de vez en cuando sobrevolando los cantiles o entre los pinos algún cuervo (Corvus corax canariensis), en declive en las últimas décadas.

Los acantilados marinos nos pueden sorprender con el pausado pero decidido vuelo de algún guincho (Pandion heliaetus), o con colonias notables de la gaviota macaronésica (Larus cachinnans atlantis), que anidan en los acantilados de Guayedra, Andén Verde y Punta de la Aldea hacia finales del verano, y la pardela cenicienta (Calonectris diomedea) que al caer el crepúsculo, en estas fechas, vuelve a ocupar sus madrigueras pudiendo ascender hasta las cotas del pinar. A esto se añade el cortejo de otras aves acuáticas y esteparias, marinas pelágicas o limícolas. Y al pie de los cantiles, en sus aguas litorales, habitan hasta una docena de especies de peces más otras cuarenta de invertebrados marinos.

En todo el área del Parque pero especialmente en las zonas bajas se pueden observar el lagarto gigante grancanario (Gallotia stehlini) e igualmente la lisa de cola verde o azul (Chalcides sexlineatus). Los invertebrados, mucho más numerosos pero inadvertidos, presentan un alto grado de endemismos, desde los ampliamente representados como el saltamonte áptero grancanario (Acrostira tamarani) hasta el escarabajo endémico local (Pimelia estevezi), exclusivo de la playa fósil de Punta de las Arenas.

El Parque Natural de Tamadaba incluye en su fauna 8 especies y 2 subespecies endémicas de Gran Canaria, 11 subespecies endémicas del Archipiélago y una especie y 5 subespecies de la región macaronésica, y el carácter abrupto e inaccesible de muchos rincones, aún por explorar, de este Espacio Natural, hacen prever una riqueza mayor.

Tamadaba y el Hombre

Una parte importante del núcleo forestal de Tamadaba quedaba ya recogido en el catálogo de Montes de Utilidad Pública: Tamadaba, El Pinar y el Cortijo de Tifaracás, y que soportaban un uso moderado. Los cortijos de Sansó y de Tirma, íntimamente ligados al pinar, mantenían un uso agrícola, de pastoreo e incluso silvícola-maderero, mientras el cortijo de Guayedra mantenía un uso esencialmente de pastoreo con algo de agricultura en el fondo del valle. Como único asentamiento humano dentro del Parque Natural se encuentra el núcleo rural de El Risco cuyas actividades principales han sido la agrícola y el pastoreo. Actualmente la mayoría de estas actividades han ido remitiendo, por el abandono de las mismas, por tendencia al semiestabulado, o por paso de la propiedad al patrimonio público, como es el caso del Cortijo de Tirma-Tifaracás. Los Llanos de La Mimbre, en el pinar de Tamadaba, ya venían manteniendo un uso como campamento de formación y esparcimiento, al que posteriormente se suman las áreas recreativas próximas.

La historia de su conservación como Espacio Natural se inicia en 1978 cuando el ICONA realiza el ‘Inventario Abierto de Espacios Naturales de Protección Especial de la Provincia de Las Palmas’, donde quedaban incluidos Tamadaba y Andén Verde. En 1986 el Cabildo de Gran Canaria aprueba el ‘Plan Especial de Espacios Naturales’ de la Isla, donde Tamadaba quedaba recogido como Parque Natural. A nivel legal toma forma como tal en la ‘Ley de Declaración de Espacios Naturales de Canarias` (Ley 12/1987), en la ‘Ley de Espacios Naturales de Canarias’ (Ley 12/1994) y en el texto Refundido (Decreto Legislativo 1/2000). En 1979 fue declarado mediante Directiva Europea, como ‘Zona de Espacial Protección para las Aves’, en 1999 el Gobierno de Canarias declara buena parte del mismo como ‘Lugar de Interés Comunitario’, y todo un sector a lo largo de la costa de la Aldea a Agaete tiene la consideración de ‘Punto de Interés Geológico’ por el Instituto Tecnológico Geominero de España. En el 2003, finalmente, se aprueba el ‘Plan Rector de Uso y Gestión’.

Todas estas iniciativas, declaraciones y normativas van permitiendo que tanto el uso tradicional como el actual puedan ser encausados y compatibles con la conservación de este más que notable Espacio Natural: Zonas de exclusión para la recuperación del pinzón azul, control de acceso a las zonas restringidas y de uso moderado, vigilancia en las áreas recreativas, … Pero no siempre soplan vientos favorables.

Algunos viejos pinos han caído, en los últimos años, por los vientos huracanados, otros por las estridentes sierras mecánicas; los machos cimarrones deambulan a placer o en ganados, desde el Barranco del Palo y Guayedra hasta Faneque y Andén Verde; las brisas de Guayedra y El Risco anuncian vendavales de fresadoras, escombros, asfalto y hormigón, el ‘Plan Rector de Uso y Gestión’ ya aprobado se demora, el llano de La Mimbre queda como “zona de uso general” afectando hasta el borde del acantilado, …

Hoy, desde el mismo solapón, aquel de mis recuerdos, se puede percibir el bullicio de las gentes agolpadas en torno a sus todo-terrenos, tiendas o roulottes en el borde de los riscos, se puede seguir un partido de fútbol o se percibe el aroma a carbón bituminoso, chuletas de cochino, chorizos parrilleros, cuando no a condones o heces. Esta zona se ha venido convirtiendo en foco de erosión ambiental, de entrada de especies exóticas y agresivas y foco de entrada de basura y contaminación, que afectan a todos los acantilados colindantes. Y el pinar viene sufriendo las consecuencias del pisoteo, sobre todo rodado, que nos va dejando poco a poco la consecuente calva cada vez más difícil de subsanar. Todo ello desde el mismo corazón de Tamadaba.

Pero como en alguna ocasión decía el Director del Museo de la Ciencia y del Hombre, ‘las islas son espacios de construcción de utopías’. Tamadaba ya no sólo es una zona de acampada y de nuestras memorias, no sólo es un pinar, ‘El Pinar’ para muchos grancanarios, o un cortijo, y no sólo es un espacio natural protegido, un Parque Natural. Tamadaba, por ser uno de los espacios mejor conservados de Gran Canaria, con una notable diversidad geológica y biológica y una incomparable belleza paisajística, que impresiona y sobrecoge a quienes lo visitan, es sobre todo un sentimiento, un deseo, ¿una utopía?, un patrimonio natural que no sólo es nuestro, pertenece a las generaciones futuras. Esperamos que aquellos que sólo lo aprecian como imagen virtual en las lunas o cristales del progreso, sepan respetar este rincón de Naturaleza y compartan esta misma ilusión. También sus hijos, los hijos del progreso lo agradecerán.
Existe un trazado alternativo a la carretera Agaete-La Aldea Gran Canaria 27 de junio

La propuesta de trazado alternativo presentada por Ben Magec-Ecologistas en Acción y realizada por un grupo de ingenieros elimina todos los viaductos, desmontes y vertidos, no contempla ningún nuevo tramo en superficie, ya que los nuevos tramos se realizarían bajo túneles, llega hasta el casco de La Aldea y el recorrido se realizaría en 19 minutos, igual que la carretera que propone el Gobierno de Canarias.


comparativa entre los dos trazados









El principal punto de desencuentro entre Ben Magec- Ecologistas en Acción y el Gobierno de Canarias en el debate de la nueva vía entre Agaete y La Aldea, es y ha sido desde hace ya casi diez años, la obsesión de la Consejería de Obras Públicas por la velocidad.

La tesis de los ecologistas es la de que la velocidad es el elemento que hace imposible la integración de la vía en el medio natural, a pesar de lo cual, y en contra de las determinaciones del Plan Insular y del Plan Rector de Uso y Gestión de Tamadaba, la Consejería sigue empeñada en un trazado pensado en clave de autopista.

En una reunión mantenida el pasado año con la Dirección General de Obras Públicas, se nos invito a los que los ecologistas planteáramos una vía alternativa que comulgara con nuestras tesis. Nos pareció el mundo al revés, los administrados haciendo el trabajo de la administración. Así y todo aceptamos el envite.

Para poder hacer efectiva la elaboración de una propuesta alternativa, la Consejería se comprometió a facilitara la organización ecologista la documentación de la cartografía y los estudios preliminares, que necesitaban para el desarrollo de su propuesta. La consejería nunca cumplió con este compromiso y por tanto la citada documentación no llegó jamás.

A pesar de esta falta de compromiso, los ecologistas no han renunciado a presentar una alternativa, y con un enorme esfuerzo, dada la falta de los más elementales medios, han sido capaces de elaborar una propuesta esquemática sobre una solución posible a la vía. “Recalco la palabra esquemática, porque eso es precisamente lo que es nuestra propuesta: un esquema. Aunque como esquema está bastante bien armado, necesita aún ser convenientemente desarrollado” dijo Eduardo de Torres.

La vía propuesta actualmente por el Gobierno de Canarias tan sólo ha cumplido con el trámite de aprobación del estudio de Impacto Ambiental. Estudio que está además recurrido por estar incompleto, ya que los impactos de los puentes no están estudiados ni valorados en el procedimiento.

Más problemática aún es la incompatibilidad de la tramitación de la vía, con la transposición de la Directiva Habitats, con la Ley de Directrices, con La Ley Del Territorio de Canarias, con el Plan Insular de Ordenación de Gran Canaria y con el Plan Rector de Uso y Gestión de Tamadaba.

Es por esto que los servicios jurídicos de la Federación Ben Magec-Ecologistas en Acción, entienden que si las obras de la carretera empezarán mañana, éstas serían ilegales. Por tanto estamos en el punto cero del trámite de la carretera, sin haber logrado casi avanzar nada.

En estas circunstancias que podrían provocar el estancamiento de la vía, los ecologistas traen una propuesta alternativa para la vía. Entendiendo que tal y como están las cosas, la reconsideración de una posible alternativa a la vía, no retrasaría el calendario de la programación de la carretera.

Tal y como exigen tanto la Ley del Territorio de Canarias y el Plan Insular, es obligatorio la redacción de un Plan Territorial que fundamente la carretera. Plan del que la propuesta actual del Gobierno de Canarias carece.

La propuesta de Ben Magec es la de que se empiece a trabajar ya en la redacción del Plan Territorial, y con las pautas de éste se redacte casi en paralelo el proyecto de trazado de la vía.

Según Eduardo de Torres “Desde la Federación entendemos la enorme impaciencia con la que sobre todo los Aldeanos esperan esta carretera. Así y todo les pedimos el apoyo a esta propuesta, que entendemos que podría cumplir con las expectativas de todos, es decir con la de una carretera más segura y con la de una carretera respetuosa con el los valores ambientales del área de Tamadaba”.

“Hoy emplazamos al Nuevo Gobierno de Canarias, ha abandonar la retórica de Gobiernos anteriores, para los que el medio Ambiente tan solo ha sido un juego de palabras. En un territorio tan escaso y tan maltratado como el de la Isla de Gran Canaria, no caben ya más declaraciones de intenciones. Tienen sobre la mesa una alternativa posible al trazado de la carretera entre Agaete y La Aldea, y esto les obliga a comprometerse con la protección del Parque Natural de Tamadaba, valorando la viabilidad de nuestra propuesta. Ahora le toca mover ficha al Nuevo Ejecutivo”, aseguró Eduardo de Torres